En 1977, una bomba destrozó las oficinas que el doctor José Alfredo  Martínez de Hoz compartía con su familia en un edificio de la avenida Corrientes, en pleno centro de Buenos Aires, donde las empleadas que estaban en el momento de la explosión salvaron milagrosamente su vida.

La organización Montoneros se adjudicó la autoría de ese atentado.

Otro grave atentado tuvo lugar en el Aeroparque Metropolitano, el 18 de febrero de 1977, cuando el ministro Martínez de Hoz estaba a punto de trasladarse en un avión, junto con el entonces presidente Jorge Rafael Videla y miembros del gabinete, a fin de visitar una plataforma petrolera en el sur.

El Ejército Revolucionario de Pueblo (ERP), advertido por las noticias periodísticas sobre la fecha del viaje, había colocado dos cargas de trotyl en el entubamiento del arroyo Maldonado, justo debajo de la pista del aeroparque.

Una de las bombas tenía cinco kilos de explosivo y estaba destinada a hacer explotar, por simpatía, a la otra, que tenía 50 Kg. Sólo explotó la de 5 Kg y los pedazos de cemento de la pista perforaron las alas del avión, en el momento en que la nave estaba despegando. Fue necesario un aterrizaje forzoso en el aeropuerto de El Palomar, afortunadamente sin víctimas.

La otra bomba, de 50 Kg., no explotó porque el arroyo subterráneo había crecido y mojó la carga. Si esta bomba hubiese explotado, no sólo hubiera destruido la aeronave, sino la totalidad del aeropuerto y sus depósitos de combustible.

Cientos de pasajeros que aguardaban en los salones para tomar los diferentes vuelos de línea y personas que estaban allí para esperar a sus familiares hubieran sido asesinados. Posiblemente, en ese caso, se hubiera tratado de la tragedia de mayor magnitud causada por un solo atentado terrorista en la Argentina.

La organización Montoneros se adjudicó la autoría de ese atentado.

El 8 de abril de 1978, fue asesinado, a la salida de su domicilio, el abogado Miguel Padilla, un joven colaborador del entonces ministro de Economía en cuestiones laborales y la persona que tenía a su cargo las relaciones con los sindicatos.

El doctor Juan Alemann, secretario de Hacienda del Ministerio de Economía, sufrió dos atentados graves. El primero de ellos, el 21 de junio de 1978, durante uno de los partidos finales del campeonato mundial de fútbol disputado en la Argentina, cuando una poderosa bomba explotó en su domicilio. 

El segundo, el 8 de noviembre de 1979, se perpetró apenas había salido de su domicilio y se dirigía con el automóvil oficial al Ministerio de Economía. Fue entonces atacado por un comando montonero que lanzó contra su vehículo explosivos Energa mediante lanzagranadas, mientras los agresores disparaban también intensamente con armas automáticas. En ninguno de esos atentados consiguieron matar al doctor Alemann, pero sí hirieron a su custodio

El 27 de septiembre de 1979, el secretario de Programación y Coordinación Económica, doctor Guillermo Walter Klein, vice-ministro del ministro Martínez de Hoz, fue atacado junto a toda su familia, siempre en el contexto de la Contraofensiva montonera. Al mismo tiempo que un numeroso grupo de la organización Montoneros disparaba contra su vivienda y la de los vecinos, los terroristas hicieron explotar una bomba que derrumbó completamente la casa y la familia Klein quedó sepultada bajo los escombros.

Ellos fueron rescatados, después de varias horas, pero los dos custodios de Klein, a pesar de los esfuerzos de los bomberos que actuaron durante el salvataje, murieron por asfixia.

El 13 de noviembre de 1979, también los montoneros asesinaron al empresario Francisco Soldati, padre del entonces director del Banco Central y amigo personal de José Alfredo Martínez de Hoz. Ellos ametrallaron su automóvil, arrojaron explosivos contra el vehículo y remataron a la víctima, ya gravemente herida.

Años después de esos crímenes, varios ex miembros de la organización Montoneros se jactaron de ellos, por medio de sus libros y otras publicaciones. Mientras esos crímenes y la apología de ellos continúan impunes, José Alfredo Martínez de Hoz fue investigado con imputaciones falsas en una causa que fue reabierta luego de haber sido exculpado 25 años antes (ver “Persecuciones judiciales”).

Las nuevas “investigaciones” fueron públicamente impulsadas por un gobierno afín al citado grupo terrorista, muchos de cuyos militantes de entonces ocupan importantes cargos en la estructura del Estado.